Sentir dolor es casi inevitable en este recorrido de la vida, tropezarnos sin darnos cuenta, perder nuestro equilibro y caernos, si que es doloroso. Ante estos eventos lo que siempre nos preguntamos es: ¿qué es lo que estoy haciendo mal? ¿por qué a mí?. La incertidumbre nos abraza y la visión se nubla, nos culpamos, sentimos ira, lloramos y nos agobiamos. Esta es la reacción normal que tenemos y no nos lleva hacia un camino desconocido, que nos hace confundirnos más.

Entonces, ¿cómo hago para salir de esta situación difícil?. Te invito a que saques tu lupa y juntos tratemos de entender el mensaje que ésta situación nos quiere transmitir, preguntémonos: ¿Cuál es el propósito de esto que estamos experimentando?, seguramente muchos aprendizajes habrán si vamos a la raíz de eso que tanto nos dolió.

1.     Te darás cuenta que le has dado tu poder a esa otra persona, creíste tanto en otros que te olvidaste de ti, dejaste de creer en ti, perdiste tu confianza y te dejaste a un lado. Olvidar tus reales sueños, proyectos, deseos, y metas, por otros no es el camino, definitivamente.

2.     Identifica la inseguridad que creció en ti a través de esa relación con el otro, si dudaste, te culpaste y empezaste a verte diferente, es porque definitivamente no estas reconociendo tu valor.  Quien te hace sentir inseguro es quien no cree en tus habilidades y tus capacidad, entonces: ¿qué haces ahí? 

3.     El dolor que suscita en ti es porque te sientes traicionado por ese otro, las expectativas que pones sobre otros, son tan grandes que te dejas a un lado, crees más en la palabra del otro, que en tu propia intuición. Nunca pongas a los otros por encima de ti. Reconoce tu valor, cree y confía en ti mismo, solo tu sabes el camino.

4.     Nada en la vida te destruye, solo tu mente lo hace si la llevas por el camino de la ira, el odio y rencor, llora si lo sientes, desahógate, pero deja esos sentimientos “negativos” a un lado y conéctate con lo que tu eres, el amor. Al final cosas mejores vendrán, todo esto hace parte de tu proceso y de tu propósito, déjalo ser, después lo entenderás.

Recuerda que el dolor no existe, bájale a las expectativas y trabaja fuertemente en el ego, estos no son más que una ilusión de tu mente y los que te alejan de ti y tu realidad.